La cara, la cruz y la resurrección de esta Liga, todo en cuatro horas y con las posiciones petrificadas. Porque todo quedó tal y como estaba tras una última jornada en la que Barcelona y Atleti se jugaron la totalidad del campeonato a una sola carta.
El Real Madrid comenzó su partido dos horas antes, y se despidió así de un Bernabéu frío que piensa únicamente en la final de Lisboa. Tras el nuevo aviso de Cristiano, que quería agarrar el pichichi y lo único que logró fue recaer de su 'lesión', los blancos se impusieron al Espanyol logrando así uno de los objetivos para el día de ayer. Uno de dos, un 50%, tampoco es que sea un balance positivo. El otro objetivo, que ya os estaréis preguntando cuál es, era terminar el partido intactos, y las molestias de Cristiano y la lesión de Benzema no ayudaron a ello.
Preocupante a priori, aunque Ancelotti ya se ha encargado de hacer eso que tanto le gusta: calmar las aguas. "Cristiano y Benzema podrán estar en Lisboa", dijo.
Deportivamente, Khedira superó el rendimiento que ofreció Illarramendi. El alemán estuvo más activo y quizá adelantó al de Mutriku en la carrera por hacerse hueco en el 11 de Lisboa. Benzema se mostró fallón, que se los reserve para el sábado, y Di María nos contó una vez más eso de que a él todo lo que no sea correr de un lado al otro le aburre. Morada marcó dos goles, a placer ambos, 'raulianos' quizá, y suma ocho en esta Liga.
En el Camp Nou vivimos algo más apasionante, el trámite del Bernabéu contrastó con el espectacular tifo con el que el Camp Nou recibió al FC Barcelona. Asimismo, los casi 500 aficionados que tuvieron el placer de vivir en directo la 10ª Liga del Atleti hicieron de su huequecito una fiesta. Un momento inolvidable que se convirtió en épico dadas las circunstancias.
Diez minutos escasos de partido y Diego Costa ya lo veía desde el banquillo, entre lágrimas. Un pinchazo cuando acompañaba a Koke en una carrera le sacó del encuentro de la manera más cruel. Un rato después, y para más inri, otro de los jugadores más importantes de este Atleti tuvo que abandonar el campo. Arda y Costa, la magia y el gol, sin ellos se quedaban los rojiblancos para el partido más trascendental de la temporada.
Las malas noticias no iban a acabar ahí. Diez minutos después de ver como sus dos mejores guerreros dejaban de pelear la Liga, Alexis Sánchez se inventó un golazo que dejó por los suelos el ánimo colchonero. La mejor noticia fue que llegara el descanso. Allí, con el Cholo a la cabeza, intuimos que la tormenta se convirtió en la luz más agradable en forma de discurso. 'Cholismo' puro y duro que empujó a los colchoneros a creérselo, tenían la Liga en sus manos y salieron a morder.
La base de un equipo está en la defensa, y más aún si hablamos de este Atleti. Y así fue, un defensa, más concretamente Diego Godín, cogió el título y se lo entregó a Neptuno con un testarazo que vale un alirón. A partir de aquí el partido fue de color blaugrana, pero su reacción no tuvo nada que ver con la protagonizada por los atléticos al salir del vestuario. Koke y Gabi mantuvieron con alma de acero al equipo hasta el pitido final.
Nada pudo hacer el Barça de Messi -al que le pesa el culo por todos los euros que lleva en los bolsillos- y el ya incorporado Xavi, que tuvieron la Liga en la mano, a un solo gol, y no fueron capaces de perforar el marco defendido por todos los atléticos, comandados desde arriba por Luis Aragonés.
La Liga es rojiblanca, la décima Liga que logra el conjunto madrileño ha llegado de la mano del Cholo Simeone, un entrenador que cogió a este mismo equipo a 4 puntos del descenso y les ha hecho tocar el cielo. Enhorabuena a todos los rojiblancos, porque es la Liga más merecida que recuerdo. Totalmente injusto habría sido ver levantar el alirón a cualquier otro equipo, quizá por eso es por lo que el Barça no apretó, no habría sido justo.
Cristiano se hizo finalmente con el 'pichichi' mientras que Courtois es el portero menos goleado de la Liga BBVA 2013/14.
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